Acerca del Medico Psicópata
Existe un tipo de médico, poco frecuente, pero cuya importancia para sus colegas radica en la gran cantidad de daño que les puede hacer. Se trata del médico psicópata.
Es posible que entre los lectores alguno conozca a especímenes psicopáticos. Quienes no les conozcan no saben lo que se pierden, y quienes no tengan que trabajar con ellos no saben lo que se ahorran.
Como es natural, existe una gran variabilidad interindividual entre estos hijos de su madre. Yo describiré un ejemplar típico. Por cierto, recomiendo escuchar la canción de Olga Tañon, BANDOLERO, mientras se lee el retrato moral del sujeto.
Se trata de un individuo ya madurito, con plaza en propiedad, y que lleva ya muchos años en la institución. Es un manipulador nato y actúa como el gurú de una secta.
Quizá tenga conocimientos médicos profundos en su especialidad, y a lo mejor es un hábil cirujano. Lo que ocurre es que la desidia y la pereza son más fuertes. Los pacientes habitualmente le importan un comino, aunque si con uno quiere lucirse, lo hace. Carece de empatía tanto hacia sus compañeros como hacia los pacientes. Insiste en el "trabajo en equipo" porque ello le permite el ZAMUREO y le facilita que sean los otros los que den la cara cuando las cosas vienen mal dadas. Sus decisiones médicas están condicionadas por si el paciente le cae mal o peor, por si tiene pocas o ninguna ganas de trabajar, etc. Habitualmente deriva a los pacientes a sus sicarios (pobres de ellos si se quejan), a otros servicios y al hospital de referencia. Se enorgullece ante sus acólitos de su gran habilidad para quitarse a los pacientes de encima.
Los jefes le aguantan porque lleva años, porque son compañeros de francachelas y porque le debe favores personales (circunstancia que el psicópata a menudo les recuerda sutilmente). A lo mejor también conoce trapos sucios del jefe, y su silencio es valioso. No sólo eso, sino que los jefes le dan patente de corso para el escaqueo. Suele estar exentos de tareas que sí tienen que hacer sus subditos, y no se le controlan los horarios. Su papel dentro del servicio viene a ser como el del capataz de la plantación; controla que los esclavos trabajen mientras bebe su trago sentado en la mecedora del porche con el látigo y la escopeta a mano.
Con los subordinados es uno auténtico hijo de puta. No tolera que tengan buenas relaciones con los pacientes ni entre ellos. Siembran la cizaña a su paso. Procura tener al resto del equipo permanentemente enfrentado para hacer él de árbitro. Si algún subordinado le planta cara, es sentenciado. En estos casos actúa inexorablemente hasta quitarle de enmedio. Emplea técnicas de control sectario para lograr que el resto del equipo rechace al disidente. Regularmente va sacrificando uno a uno al personal del equipo, para mantener al rebaño atemorizado. El miedo hace que los perros de presa se arrojen sobre el señalado sin saber quién va a ser el siguiente. Él jamás se va a enfrentar cara a cara con nadie; envenena el ambiente, señala el objetivo, lo identifica como "individuo problemático", como "follonero", y se sienta a esperar cómo sus sicarios hacen el trabajo. Por esos sicarios presenta exactamente el mismo desprecio que por sus víctimas. El jefe les apoya porque prefiere echar a la calle a otro antes que enfrentarse con su amigote.
Los médicos de otros servicios lo ven con curiosidad. Les extraña que pueda haber gente tan miserable en el hospital, pero como no tienen que trabajar con él, le toleran sin problema. Eso sí, si un familiar o amigo suyo cae enfermo, no se dirigirán al psicópata pues conocen su desprecio por la vida humana de sus semejantes.
A nivel personal es un pobre hombre. Sin amigos, te extrañas de que su propia mujer le soporte. Defiende lo progre, lo contracultural, lo alternativo, lo marginal … Despotrica de la sociedad de consumo y de Estados Unidos … Admirador del Islam y de Ben Laden, en su casa sin duda está sintonizada Al Jazeera. Asegura que a él no lo mueve el dinero y que no tiene demasiadas necesidades materiales. Eso sí, presume del carro, de su quinta nueva, no se priva de viajar a lugares exóticos lejos de las mecas del turismo proletario, y sus hijos van a colegios privados (no sea que se mezclen con la mugre, con del pueblo de verdad y tal). Repasa la nómina cada mes no sea que se hayan equivocado y le hayan pagado diez mil bolivares menos.
En fin, un especimen con todas las letras.
Es posible que entre los lectores alguno conozca a especímenes psicopáticos. Quienes no les conozcan no saben lo que se pierden, y quienes no tengan que trabajar con ellos no saben lo que se ahorran.
Como es natural, existe una gran variabilidad interindividual entre estos hijos de su madre. Yo describiré un ejemplar típico. Por cierto, recomiendo escuchar la canción de Olga Tañon, BANDOLERO, mientras se lee el retrato moral del sujeto.
Se trata de un individuo ya madurito, con plaza en propiedad, y que lleva ya muchos años en la institución. Es un manipulador nato y actúa como el gurú de una secta.
Quizá tenga conocimientos médicos profundos en su especialidad, y a lo mejor es un hábil cirujano. Lo que ocurre es que la desidia y la pereza son más fuertes. Los pacientes habitualmente le importan un comino, aunque si con uno quiere lucirse, lo hace. Carece de empatía tanto hacia sus compañeros como hacia los pacientes. Insiste en el "trabajo en equipo" porque ello le permite el ZAMUREO y le facilita que sean los otros los que den la cara cuando las cosas vienen mal dadas. Sus decisiones médicas están condicionadas por si el paciente le cae mal o peor, por si tiene pocas o ninguna ganas de trabajar, etc. Habitualmente deriva a los pacientes a sus sicarios (pobres de ellos si se quejan), a otros servicios y al hospital de referencia. Se enorgullece ante sus acólitos de su gran habilidad para quitarse a los pacientes de encima.
Los jefes le aguantan porque lleva años, porque son compañeros de francachelas y porque le debe favores personales (circunstancia que el psicópata a menudo les recuerda sutilmente). A lo mejor también conoce trapos sucios del jefe, y su silencio es valioso. No sólo eso, sino que los jefes le dan patente de corso para el escaqueo. Suele estar exentos de tareas que sí tienen que hacer sus subditos, y no se le controlan los horarios. Su papel dentro del servicio viene a ser como el del capataz de la plantación; controla que los esclavos trabajen mientras bebe su trago sentado en la mecedora del porche con el látigo y la escopeta a mano.
Con los subordinados es uno auténtico hijo de puta. No tolera que tengan buenas relaciones con los pacientes ni entre ellos. Siembran la cizaña a su paso. Procura tener al resto del equipo permanentemente enfrentado para hacer él de árbitro. Si algún subordinado le planta cara, es sentenciado. En estos casos actúa inexorablemente hasta quitarle de enmedio. Emplea técnicas de control sectario para lograr que el resto del equipo rechace al disidente. Regularmente va sacrificando uno a uno al personal del equipo, para mantener al rebaño atemorizado. El miedo hace que los perros de presa se arrojen sobre el señalado sin saber quién va a ser el siguiente. Él jamás se va a enfrentar cara a cara con nadie; envenena el ambiente, señala el objetivo, lo identifica como "individuo problemático", como "follonero", y se sienta a esperar cómo sus sicarios hacen el trabajo. Por esos sicarios presenta exactamente el mismo desprecio que por sus víctimas. El jefe les apoya porque prefiere echar a la calle a otro antes que enfrentarse con su amigote.
Los médicos de otros servicios lo ven con curiosidad. Les extraña que pueda haber gente tan miserable en el hospital, pero como no tienen que trabajar con él, le toleran sin problema. Eso sí, si un familiar o amigo suyo cae enfermo, no se dirigirán al psicópata pues conocen su desprecio por la vida humana de sus semejantes.
A nivel personal es un pobre hombre. Sin amigos, te extrañas de que su propia mujer le soporte. Defiende lo progre, lo contracultural, lo alternativo, lo marginal … Despotrica de la sociedad de consumo y de Estados Unidos … Admirador del Islam y de Ben Laden, en su casa sin duda está sintonizada Al Jazeera. Asegura que a él no lo mueve el dinero y que no tiene demasiadas necesidades materiales. Eso sí, presume del carro, de su quinta nueva, no se priva de viajar a lugares exóticos lejos de las mecas del turismo proletario, y sus hijos van a colegios privados (no sea que se mezclen con la mugre, con del pueblo de verdad y tal). Repasa la nómina cada mes no sea que se hayan equivocado y le hayan pagado diez mil bolivares menos.
En fin, un especimen con todas las letras.
3 Comments:
At 7:18 p. m., alfredo447 said…
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
At 4:21 p. m., Unknown said…
Hola lei y sigo insistiendo en algo son asi porque lo dejamos ser asi. Se les debe poner un limite, como no los tienen hay que tomarlo por sorpresa cortarles las bolas los ojos las orejas, la lengua y acomodarles el delantal asi comienzan su dia de consultorio. Desde luego que no te vea el rostro. Fui atacado por varios medicos psicopatas en Argentina aun siguen haciendolo, tan solo debemos yo ir para alla y tu venir aca ambos paises agradecidos. Si desean contactarme en altoomobbing@yahoo.com.ar No decigas se fuerte no es facil.
At 6:12 p. m., Anónimo said…
Esto lo conozco,vivo en Argentina convivo con gente asi, trabajo en un Hospital con hegemonia médica, como dijo el compañero son asi porq losdejan ser el cambio lo tenemos que hacer nosotros compañeros, seamos mas unidos que tambien vi mucha desunion por parte de enfermeria.abri una página para que hagamos cambios entre todos, con el apoyo de todos e ideas y objetivos que pongamos cada uno lograremos hacer que hayan cambios la pagina es RECUPERAR EL ORGULLO DE SER ENFERMEROS´¨mi e mail es¨Darien_35@yahoo.com
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